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El derecho a la desconexión digital ha cobrado importancia en las empresas a partir de la crisis del Covid-19, tras una implantación del teletrabajo de forma masiva y en circunstancias extraordinarias que, en muchos casos, acabó difuminando la frontera entre la vida profesional y personal de los empleados.
¿Qué es el derecho a la desconexión digital? Se trata de reconocer que el empleado no está obligado a utilizar los canales de comunicación con su empresa fuera de su jornada de trabajo a fin de garantizar el respeto a su tiempo de descanso. Este derecho se incluye dentro de la Ley de Teletrabajo aprobada el 22 de septiembre de 2020, remitiendo al artículo 88 de la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales, que establece que las organizaciones deben elaborar una política interna dirigida a trabajadores, definiendo las modalidades del ejercicio del derecho y las acciones de formación y sensibilización al respecto.
Además del aspecto legal, la falta de conciliación y descanso de los empleados puede tener muchas implicaciones negativas, tales como el síndrome del burn out, la falta de motivación y de compromiso con la organización y, en última instancia, un descenso de la productividad a largo plazo.
Ahora bien, ¿qué medidas pueden implantar las empresas para promover la desconexión digital?
1. Control horario.
Los sistemas de registro de la jornada son obligatorios para todo tipo de empresas en España desde 2019 y también deben aplicarse en el caso de horarios flexibles y de teletrabajo. Con la información obtenida a través de estas herramientas, las organizaciones deben detectar los excesos de jornada, analizar las causas e implantar medidas para evitarlos.
2. Limitar los horarios de las reuniones.
Muchas empresas ya están poniendo en marcha planes de gestión del tiempo eficiente, que incluyen iniciativas como limitar la duración de las reuniones, acotar un horario para las reuniones para evitar que éstas se alarguen más allá de la jornada laboral o plantear agendas cerradas para mantener el foco.
3. Promover una cultura de eficiencia.
La realidad es que ninguna medida funcionará si la empresa no es capaz de transmitir a todos sus miembros los riesgos que conlleva la falta de desconexión digital, tanto para la salud y el bienestar de los empleados como para el buen funcionamiento de la compañía a largo plazo.
Fomentar el trabajo por objetivos, por encima del presencialismo, o la flexibilidad horaria son también iniciativas que contribuyen a que los empleados alcancen un equilibrio entre su vida profesional y personal y empleen su tiempo de forma más eficiente.
4. Emails dentro de la jornada de trabajo.
Los trabajadores deben recibir las llamadas y los emails dentro del horario laboral ya que, en caso contrario podría darse como una vulneración del derecho a la desconexión digital pudiendo incluso ser sancionable si la empresa no deja claro que no existe la obligación de contestar al correo en el caso de que se haya finalizado la jornada de trabajo ( como por ejemplo mediante un texto automático en la misma firma del email corporativo).
Resulta fundamental restablecer una garantía de descanso y desconexión digital también en el teletrabajo como medida preventiva para el cuidado de la salud.