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Existe una tendencia cada vez más extendida de llevar a las mascotas a los centros de trabajo. Aunque no es una práctica que pueda realizarse en cualquier tipo de empleo, ni que esté bien vista por todos, cada vez tiene más adeptos y hay muchas empresas que la fomentan creando espacios pet friendly.
Por lo general, está demostrado que tener una mascota disminuye el estrés y la sensación de soledad, mejora la salud del corazón, e incluso ayuda a desarrollar habilidades sociales. Llevado a un contexto profesional, ya hay estudios que demuestran que la presencia de animales en los puestos de trabajo supone importantes beneficios para los trabajadores/as.
¿Qué ventajas supone para las personas el hecho de poder llevar su mascota, en concreto perros, al puesto de trabajo?
1. Disminución del nivel de estrés. Los trabajadores/as que conviven con un perro en su entorno laboral presentan unos niveles de estrés inferiores al finalizar la jornada frente a los que no lo hacen. Estos animales brindan un apoyo constante a sus propietarios tanto en los buenos como en los malos momentos, y estos a su vez, no están agobiados por dejarlos solos en casa.
2. Aumento de la productividad. Las personas que llevan su animal de compañía al trabajo tendrán que hacer pequeñas pausas durante la jornada laboral para darle un paseo, darle de comer o brindarle un momento de juego y caricias. Estos breves descansos contribuyen a la disminución de la fatiga visual, mejoran la concentración y aumentan el rendimiento.
3. Mejora de la comunicación. Llevar el perro al puesto de trabajo supone un estímulo para fomentar las buenas relaciones entre compañeros/as. Su presencia aumenta la cooperación, impulsa la creación de conversaciones y facilita la comunicación entre las personas.
4. Reducción de costes. Además de los beneficios desde el punto de vista emocional y de la salud, trabajar cerca del animal de compañía también supone un efecto positivo en el bolsillo, ya que no se tendrá que invertir dinero en contratar paseadores/as o cuidadores/as, otra tendencia en auge entre propietarios de mascotas.
5. Ahorro de tiempo. Si a las horas de trabajo, le sumamos el desplazamiento y el “after work”, el tiempo con el animal de compañía es escaso y esto suele generar un sentimiento de culpabilidad. Al llevarlo al trabajo, los tiempos se aprovechan mejor y disminuye la sensación de agobio por no llegar a todo.
No hay que olvidar que, aunque llevar el perro a la oficina tiene muchos beneficios, es posible que algunas personas no se sientan cómodas cerca de él porque son alérgicas o les tienen miedo. Para fomentar las buenas prácticas, las empresas deben habilitar espacios para que las mascotas no molesten y estén bien atendidas. Asimismo, deben establecer políticas para proteger a todos los trabajadores/as y mantener la cordialidad y el respeto entre todos/as.
Lo ideal es que todos/as los/as trabajadores/as estén de acuerdo para que el perro no incomode a nadie y que el beneficio de su visita sea para toda la compañía.
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