Te arropas con la manta, cierras los ojos, tu respiración se va haciendo más profunda y… ¡BAM! Los conceptos van cobrando forma, tu imaginación fluye sin control y las ideas se agolpan en tu mente.  ¿Alguna vez te ha pasado que, al irte a dormir, mientras estás en estado de “duermevela”, se te ocurre una idea genial y, al día siguiente, no eres capaz de acordarte de nada?   

No es casualidad. Ese estado de duermevela es uno de los más creativos para nuestro cerebro. La mente se libera  y empieza a crear sin límite y sin censura, porque el cerebro abandona los razonamientos lógicos y se guía únicamente por la intuición. Pero, ¿cómo podemos conservar y recordar con claridad esa genial idea que vino a la mente justo antes de caer en los brazos de Morfeo?

No es fácil, pero te proponemos 3 trucos para intentar que tus grandes ideas no queden en el olvido cuando suene el despertador:  

8 horas imprescindibles de sueño. Descansar correctamente es el primer paso para conseguir recordar esa idea maravillosa que tuviste antes de quedarte profundamente dormido. Soñamos cuando estamos en la fase REM (Rapid Eye Movement), y este es un momento del sueño en el que nuestro cuerpo está descansado pero la mente, por el contrario, sigue trabajando sin cesar: Le da vueltas a ese problema que ha surgido en el trabajo e intenta buscar una solución para ese conflicto que tanto que te preocupa y estresa.

Antes de irte a dormir, piensa que aquello que te preocupa. Así, cuando te quedes dormido ese pensamiento será el primero que acuda a tu mente, y tu cerebro se centrará en buscar una solución a ese problema. En la primera fase del sueño no existe la lógica ni el raciocinio (de hecho, es en esta fase cuando tienes los sueños que escapan a la razón: viajas hasta otro país subido en una alfombra voladora o te enfrentas a una partida de póker con un caballo azul gigante). Por eso, si logras que tus problemas o aquello que te inquieta entre en esta fase del sueño, seguro que cuando despiertes tienes una idea de por dónde tirar para lograr una solución.

Al despertarte, concéntrate en recordar aquello en lo que has soñado y apunta todo lo que recuerdes. La mayoría de los sueños se olvidan a los 10 minutos. Así que antes de incorporarte en la cama, no te muevas, permanece tumbado y con los ojos cerrados durante unos minutos. Esto te ayudará a acercarte al sueño del nuevo o a recordar todas las ideas que tuviste antes de quedarte profundamente dormido. Al principio puede resultar complicado intentar recordarlo, pero poco a poco será más fácil hacer memoria y volver a zambullirte en tus sueños. Anota en un cuaderno cualquier recuerdo que tengas. Quizás al principio esa idea aislada no tenga mucho sentido, pero mientras estés escribiendo, te vendrán a la cabeza nuevos datos.  

Yesterday’ de los Beatles nació entre sueños, Larry Page soñó con una herramienta de búsquedas mundial que hoy se llama Google y el director James Cameron desarrolló la idea principal de ‘Terminator’ a raíz de un sueño.  ¡Quién sabe si la próxima idea que tengas en sueños te hará millonario!

 

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