Nueva normativa de ESG para las empresas de más de 250 trabajadores/as en 2025

En los últimos años, numerosas empresas han liderado progresivamente el camino hacia una economía estable y sostenible al implantar los criterios ESG, con el propósito de cumplir con los objetivos marcados para crear una sociedad más sostenible y responsable con el planeta. 

Después de que el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea aprobaran en el 2014 la Directiva sobre Información No Financiera (NFRD), los países europeos modificaron sus legislaciones para comprometer a las compañías dentro de sus territorios a informar y demostrar que sus actividades productivas cumplían con una serie de requisitos marcados por la inversión sostenible y responsable (ISR) y los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG).  

Tras el Pacto Verde Europeo del 2019, con el que Europa inició una transición ecológica para alcanzar la neutralidad climática en el 2050, la Directiva NFRD fue reajustada y se convirtió en la Directiva sobre Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD). De esta manera, la Comisión Europea introdujo una serie de modificaciones para aumentar el número de empresas obligadas a proporcionar información y abordar algunas deficiencias en cuanto a sus estrategias sostenibles o de diversidad e inclusión en dichos informes.  

En este sentido, la Directiva CSRD menciona en sus textos la necesidad de crear “un marco de presentación sólido y asequible de la información sobre su impacto en la sociedad, acompañado de prácticas de auditoría eficaces, para garantizar la fiabilidad de los datos”. 

Con esta iniciativa, Europa pretende que todas las sociedades cotizadas en mercados regulados de la UE, incluidas las PYMES (salvo microempresas), y el resto de grandes compañías, es decir, aquellas que superen los 250 empleados/as, compartan información financiera vinculada al progreso en criterios ESG de sus organizaciones. En este sentido, las primeras empresas tendrán que aplicar las nuevas normativas por primera vez en 2024, para que los informes se publiquen en el 2025. 

Datos fiables para mejorar el impacto que las empresas tienen en la sociedad 

Para obtener una visión más clara y una guía efectiva ante los futuros desafíos, es crucial contar con datos transparentes y fiables del rendimiento de las compañías en cuanto a los criterios marcados por la UE. Estos permitirán establecer un marco comparativo que destaque tanto los aspectos positivos como los negativos de las acciones llevadas a cabo, identificando así las áreas que requieren ser mejoradas o corregidas. 

Bajo el enfoque de doble materialidad que implica que las empresas deberán tener en cuenta tanto los riesgos como las oportunidades desde ambas perspectivas, la financiera y la no financiera, las organizaciones se encontrarán en la obligación de revelar información esencial que permita comprender el impacto de su actividad en los criterios ESG.  

En resumen, esta información abarcará datos sobre las operaciones de las compañías, su cadena de valor, productos, servicios, relaciones comerciales o cadena de suministro, entre otros. 

La divulgación de esta información proporcionará a los inversores/as, consumidores/as y otras partes interesadas una visión más clara de cómo las empresas se enfrentan a los desafíos y aprovechan las oportunidades para realizar sus actividades empresariales con total transparencia. De esta manera, las organizaciones pueden asegurar la coherencia con la transición hacia una economía más social y sostenible, y encontrar incentivos para innovar en soluciones que nos proyecten hacia un futuro mejor y más responsable, lo cual favorecerá a múltiples países que, como España, aún deben mejorar en los criterios ESG.  

Dada la importancia que estos datos tendrán para el desarrollo colectivo, en Page Personnel hemos recopilado una lista de los beneficios que otorgará aplicar estas medidas: 

• Mayor transparencia y confianza: la identificación y divulgación de los principales riesgos y las estrategias para solucionarlos ayudarán a las empresas a anticipar posibles problemas y desarrollar medidas para prevenir, mitigar o corregir cualquier inconveniente que se pueda presentar.  
• Desarrollo de una gestión más ética: las estructuras internas que manejan la gestión de sostenibilidad, políticas y sistemas de incentivos relacionados con los criterios ESG, reforzarán el compromiso de las organizaciones con la responsabilidad empresarial, promoviendo comportamientos más éticos y ajustados a la realidad. 
• Competencia saludable: la divulgación obligatoria de información creará un estándar común que facilitará la comparación entre las compañías, estimulando así la continua mejora de las prácticas empresariales. 
• Obtención de mayor capital: los buenos resultados destacarán el atractivo de la empresa, atrayendo así a inversores interesados y posibles candidatos/as para puestos de trabajo. 
• Mejor aprovechamiento de recursos: la divulgación de datos sobre la cadena de suministro y las operaciones conllevará a una mayor eficiencia operativa al identificar áreas de mejora en términos de sostenibilidad y eficiencia. 

Como sociedad hemos construido una consciencia colectiva basada en los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno. La propuesta de la Directiva CSRD generará valor a largo plazo mediante una mejora de la conducta empresarial en aspectos clave como la inclusión de las personas con necesidades especiales, por ejemplo, la inclusión, la diversidad o la sostenibilidad. Este impulso hacia la transparencia no solo facilitará la transición hacia un modelo económico más responsable, sino que también favorecerá a las empresas que quieran seguir siendo competitivas. 

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