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Encontramos el talento que las empresas necesitan y las oportunidades adecuadas para los profesionales
A medida que el calendario avanza hacia diciembre, la mayoría de las personas comienzan a pensar en las festividades navideñas, un momento que suele asociarse con reuniones familiares, descanso y la oportunidad de recargar energías. Sin embargo, para las empresas, esta época del año trae consigo un desafío importante: garantizar que el trabajo no se detenga durante las vacaciones de sus empleados.
Este dilema se repite cada fin de año, especialmente en sectores donde la continuidad del servicio o la producción es clave. Aquí es donde entran en juego las contrataciones temporales, una herramienta esencial para cubrir necesidades específicas de personal en un período limitado. Pero para que esta estrategia funcione de manera efectiva, es crucial conocer sus características, beneficios y las normativas legales que las regulan.
En este blog te contaremos todo lo que necesitas saber sobre los contratos temporales, sus tipos y cómo gestionarlos correctamente para cerrar el año de manera organizada y sin contratiempos.
Un contrato temporal es un acuerdo laboral entre una compañía y un trabajador que establece una relación laboral con una duración definida. A diferencia de los contratos indefinidos, estos están diseñados para satisfacer necesidades puntuales, ya sea por un incremento de trabajo, la sustitución de un empleado o un proyecto concreto.
Los contratos temporales ofrecen flexibilidad tanto a las empresas como a los trabajadores. Desde la perspectiva empresarial, permiten adaptar los recursos a situaciones específicas, como picos de demanda o ausencias. Para los empleados, representan una oportunidad de adquirir experiencia laboral, explorar nuevas industrias o complementar ingresos en períodos determinados.
La reforma laboral vigente establece dos tipos principales de contratos temporales:
1. Contrato estructural o por circunstancias de la producción
Este contrato está diseñado para cubrir necesidades operativas de carácter ocasional, ya sea por un aumento inesperado en la carga de trabajo o por fluctuaciones específicas en la actividad empresarial. Algunos ejemplos incluyen campañas promocionales, lanzamientos de productos o incrementos estacionales en la demanda.
La duración máxima de este contrato es de seis meses, aunque puede ampliarse hasta un año si así lo establece el convenio colectivo del sector.
Adicionalmente, esta modalidad puede aplicarse a situaciones ocasionales pero previsibles, como la preparación de un evento anual. En estos casos, el contrato tiene un límite de 90 días por año natural. Este límite es independiente del número de personas contratadas bajo esta modalidad, lo que permite a las empresas adaptarse sin comprometer la normativa.
2. Contrato por sustitución del trabajador
Este tipo de contrato es ideal para cubrir la ausencia temporal de un empleado con derecho a reserva del puesto de trabajo, como bajas por maternidad, paternidad o bajas médicas. También puede emplearse para cubrir vacantes mientras se realiza un proceso de selección o promoción, o para complementar reducciones de jornada de otros empleados.
En general, el contrato por sustitución debe ser a jornada completa, salvo excepciones específicas como reducciones de jornada o si el puesto vacante es a tiempo parcial. Su duración finaliza cuando el trabajador sustituido se reincorpora, cuando desaparece la causa que originó el contrato o tras tres meses en casos de procesos de selección.
Para garantizar que las contrataciones temporales sean beneficiosas para la organización y cumplan con su propósito, es importante seguir ciertas prácticas:
Las contrataciones temporales no solo resuelven necesidades inmediatas, sino que también aportan una serie de beneficios tanto para las empresas como para los trabajadores:
En definitiva, las contrataciones temporales son una herramienta poderosa para mantener la operatividad en momentos clave, como el cierre del año. Sin embargo, su éxito depende de una planificación estratégica, el cumplimiento normativo y un enfoque centrado en el trabajador.
Al implementar buenas prácticas y entender las modalidades disponibles, tu empresa no solo cubrirá sus necesidades puntuales, sino que también fomentará una gestión laboral eficiente y responsable. De esta forma, podrás afrontar los desafíos del fin de año con tranquilidad y con la certeza de que tu equipo, ya sea fijo o temporal, estará listo para garantizar el éxito.
Si necesitas contratar perfiles temporales para tu empresa y cubrir necesidades durante las vacaciones de navidad, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo de expertos.
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